La mediación animal L no es una terapia en sí misma.

Hablamos de terapia con mascotas cuando el trabajador de la mediación animal es un terapeuta por formación inicial, que es el caso de mí como psicólogo y psicoterapeuta; Sin embargo, prefiero el término mediación animal.

La mediación animal corresponde a la especialización de un profesional del sector médico-social o educativo, que decide formarse y practicar a través de esta mediación.

Este es un método aplicable a los diversos tratamientos terapéuticos y psicoterapéuticos pero también al apoyo social, educativo, pedagógico y por supuesto médico. En general, el animal puede convertirse en un mediador en el centro de cualquier relación de ayuda y apoyo:

Además de esto, necesita saber más al respecto.

fisioterapia, psicoterapia, terapia ocupacional, logopedia, relaciones actuales entre el equipo de enfermería y el paciente (cuidados, enfermería, alimentación, comunicación ...), educación, pedagogía, animación, etc ...

Hablamos de actividades que involucran al animal, cuando se trata de entretenimiento adaptado a determinadas personas, adultos o niños, en dificultad.

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En la mediación animal se establece una relación triangular. El animal es un mediador. De esta forma, permite establecer el vínculo entre el paciente y el cuidador, sea cual sea su función.

El animal se convierte entonces en un agente motivador, un derivado, a veces un confidente, un excelente mediador, abriendo puertas que pueden permanecer cerradas sin su intervención ...

¡Atención! El animal no es una herramienta, es la relación que se crea a través de esta mediación que se convierte en una herramienta de trabajo !!!

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¡El animal es un ser vivo!

Con sus necesidades, sus expectativas, sus emociones ...

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Como ser vivo, permitirá la creación de un ENLACE entre el paciente y él mismo, un vínculo que luego podrá extenderse al zooterapeuta, al cuidador. Por eso hablamos de una relación triangular, entre el paciente, el animal y el terapeuta.

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Es la relación que se crea la que se convierte en una herramienta de gestión terapéutica.

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En esta relación trabajará el zooterapeuta. Es esta relación la que utilizará. Es la relación la que se convierte en herramienta.

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Para que exista esta mediación, debe haber una iniciativa por parte del animal, que entra en contacto con la persona. Un animal nunca debe ser forzado, coaccionado para que entre en contacto con un paciente. Esta observación es recíproca: debe haber una iniciativa por parte del paciente, que buscará este contacto o lo aceptará. Es a través de este deseo recíproco de restablecer una relación que se crea el vínculo entre los dos sujetos.

El animal también debe estar ABSOLUTAMENTE adiestrado en su entorno profesional y el público con el que intervendrá !!!

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El mediador animal nunca debe olvidar que el animal que trabaja junto a él es un ser vivo. Entonces debe conocerlo perfectamente, y en consecuencia sus reacciones, su umbral de tolerancia a la fatiga, física pero también emocional.

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Suele decirse que el animal es "una esponja emocional", pero una vez que la esponja está llena, se desborda ..... El animal no debe agotarse, física y emocionalmente, a riesgo de desarrollarse por los siguientes trastornos de conducta. Por lo tanto, es necesario saber detectar en su animal el menor signo de fatiga, o simplemente una falta de deseo, un retraimiento, que luego debe respetar. No se trata de hacer que el animal trabaje a toda costa.

El animal debe tener placer en acompañar a su amo, porque es en el placer de trabajar que se abrirá con placer a personas que a veces pueden estar completamente encerradas en sí mismas, o que buscará la ternura en otra persona que en un principio está. agresivo ...

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Lo repito, al contrario de lo que podemos escuchar o leer con mucha frecuencia cuando se trata de terapia con mascotas y mediación animal:

¡El animal no es terapeuta!

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El terapeuta es la persona que va acompañada del animal, siempre que esta persona esté entrenada para intervenir en una relación de ayuda.

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Sin embargo, con demasiada frecuencia oímos hablar de "perro de terapia" ...

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El perro, como cualquier otro animal, ACOMPAÑA ...

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>> Pequeño recordatorio:

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La zooterapia, o terapia asistida por animales (AAT), despegó en los años cincuenta, con el psiquiatra Dr. LEVINSON, autor en 1965 de Psicoterapia infantil asistida por animales, una obra de referencia médica.
Fue uno de los primeros en informar sobre los méritos del uso de animales de compañía en el tratamiento de trastornos psiquiátricos.

En la década de 1980, el Departamento de Salud de EE. UU. Reconoció oficialmente la influencia beneficiosa de la presencia de animales en los seres humanos. Así nace la "terapia con mascotas".

Desde 1992, la Asociación Internacional de Organización de Interacción Humano-Animal (IAHAIO) ha reunido a investigadores sobre este tema.

La creación del término "terapia asistida por animales" es consecuencia del trabajo realizado por el profesor Hubert Montagné con su equipo del INSERM (Instituto Nacional de Investigación Sanitaria y Médica). Desde entonces, se han tomado muchas iniciativas, permitiendo el desarrollo de programas relacionados, a través de la intermediación de AFIRAC (Asociación Francesa de Investigación e Información sobre Animales de Compañía), en dos orientaciones:
- por un lado, Actividades Asociativas al Animal (AAA),
- por el otro, Animal Associating Therapy (AAT).

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Importante:

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Hoy en día se pierden establecimientos entre AAA y TAA, perros visitantes, etc ...

Los AAA se diferencian de los AAT en que no tienen un objetivo terapéutico específico aunque pueden ser beneficiosos para la salud. En animación, no existe un protocolo terapéutico, no hay objetivos definidos de acuerdo con el equipo sanitario.

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El trabajador de zooterapia ofrece una relación de ayuda entre el paciente y el establecimiento. Tiene conocimiento de las patologías a las que se enfrentará, y prepara a los animales que lo acompañan.

El zooterapeuta toma nota del cuadro clínico de las personas con las que intervendrá, define objetivos con el equipo asistencial y los métodos adaptados a cada persona que se utilizará.

Cada tratamiento es un proyecto individual, adaptado a las necesidades, expectativas y posibilidades de cada paciente.

El monitoreo está en su lugar; El diálogo y la comunicación entre el equipo del establecimiento y el trabajador de terapia animal son esenciales.

Por tanto, la terapia con mascotas se utiliza como complemento de las terapias convencionales.

El animal también se convierte en un auxiliar del cuidado, interviniendo con ayudas médico-psicológicas, auxiliares de enfermería, enfermeras ... y lleva muy bien su papel de auxiliar de enfermería en sí mismo !!!!

La presencia de un animal puede tener un efecto catalítico, contribuyendo a la modificación del comportamiento. El animal se convierte en un instrumento de proyección de los sentimientos y emociones de la persona, sea cual sea su edad; lo vemos cuando esta persona percibe alegría o tristeza en los ojos de un animal, o que dice que el animal no debe quedarse aquí porque, de lo contrario, será infeliz ... En realidad, proyecta sus propios sentimientos sobre el animal.

Este poder terapéutico surge de los efectos de la relación humano-animal. Es principalmente a partir de la atracción por el animal, su capacidad para animar, motivar al ser humano, entrar en contacto con él, que se desarrollan los talleres.

Los beneficios asociados con esta presencia van desde la simple relajación hasta la reducción de importantes factores de estrés. A veces, la simple caricia, puede sustituir temporalmente a un tratamiento farmacológico ... ¡Esto es lo que algunos llaman "la magia del dulce"!

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Posteriormente, por ejemplo durante la terapia conductual asistida por el animal, o su presencia en el momento de ciertos tratamientos, es posible reducir gradualmente ciertos tratamientos medicinales que tienen como objetivo reducir, entre otras cosas, los trastornos de la conducta, el dolor, la ansiedad, la depresión. .... Estamos hablando aquí de atención, o más adecuadamente, atención, no medicación.


Yo insisto:

La mediación animal es un método clínico preventivo y terapéutico

Se busca crear, a través de la presencia de un animal, un clima propicio para el tratamiento de enfermedades y discapacidades mentales y / o físicas, patologías por envejecimiento, programas de reinserción social, etc.

Destaquemos que la atracción por el animal varía de un sujeto a otro, y que la forma en que la persona puede beneficiarse posiblemente de su presencia depende de la percepción y el apego que tenga o en el aura, así como de toda su cuadro clinico.

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Es por ello que cada intervención terapéutica con el animal debe ser individualizada y adaptada al sujeto, al grupo, con el que interviene el zooterapeuta.

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La adaptación concierne tanto a la elección del método de abordaje y toma de control, como a la elección del animal o animales que acompañarán al terapeuta.

El animal mediador conoce perfectamente a los animales que le acompañan, su capacidad de adaptación a situaciones nuevas e inesperadas, sus reacciones y umbral de tolerancia, y así determina cuál es el mejor "uso" que puede hacer de ellos, perfectamente adaptado a cada individuo, tanto humanos como animales.

Utilizo el término "uso" con precaución, porque no podemos repetirlo lo suficiente, ¡el animal es un ser vivo y no un objeto!

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Las diferentes técnicas terapéuticas empleadas se adaptan a su vez a los fundamentos y exigencias del establecimiento / estructura, la profesión médica y la familia y están totalmente alineadas con un proyecto de establecimiento.

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